En Colombia, el hambre, la
pobreza, y la corrupción; se han normalizado durante años, carece de sentido,
siendo absurdos los varios desenlaces que ha tenido: figuras que pudieron haber
hecho algo por este país son asesinadas, son masacradas o desaparecidas, el
poder hace décadas ha sido llevado por un mal tras otro que aunque no tuviesen
mismos propósitos, empobrecieron, endeudaron y destrozaron a sus habitantes,
que distopia, todo lo que puede ir mal en una sociedad está sucediendo, somos un
indeseable político que permite un rico más rico, un pobre más pobre, se
destruyen comunidades por deporte, condenamos a la víctima protegiendo al
victimario y vivimos en una mentira, donde aunque sabemos que todo está mal, en
vez de hacer algo para que este mejor, rogamos, para que no se ponga peor.
Tenemos un intento de presidente
puesto en el poder, que además de no saber qué hace, cada vez que puede, le
reporta al patrón para que le paguen mejor, unos partidos del terror que solo
busca dinero y poder, ellos ya no ven un pueblo sino meros dividendos, nos
encontramos a un presidente eterno que no se ha cansado de tener al país en sus
manos, ni de poner en jaque al pueblo colombiano y finalmente tenemos un país
desmemoriado que con el pasar del tiempo ha caído en lo mismo una y otra vez.
Aunque vivimos una distopia a
existido el rayo de luz del cambio, ahora más vivido que nunca, pues las mentes
se han ido transformando a través del tiempo, se lucha por Colombia, rechazando
tanto a sus dirigentes, como a este sistema disfuncional el cual estos proponen
y apoyan, demostrando como todo lo que esta mal en verdad merece ser desechado
y reemplazado, somos un solo pueblo y quien solo busca dañarlo, caerá ante el
mismo, porque juntos somos fuertes e imbatibles, ante el tirano o los
victimarios de esta Colombia que es asesinada junto a su gente.
Como columna de Opinión, este articulo no refleja, necesariamente, los intereses de Nacho Estéreo, las organizaciones que la acompañan o las instituciones que se mencionen en el presente.
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